sábado, 17 de julio de 2010
IMPRESIONES: "La Comedia de Romeo & Julieta", de Juan Ruy Cosín y Lucía Laragione
Los elementos.
Un teatro vacío, abandonado tras un incendio, sólo habitado por su sereno. Una compañía de teatro, con su director, sus actores y las relaciones entre ellos. William Shakespeare y su obra, Romeo y Julieta. Esos son los tres elementos principales, los tres universos, las tres historias que Juan Ruy Cosín y Lucía Laragione supieron entretejer, en el armado de un texto dramático sólidamente construido: La Comedia de Romeo & Julieta. Con este texto escrito a cuatro manos como base, se elaboró el espectáculo infantil del mismo nombre que puede verse los días jueves, viernes y domingos de julio en Timbre 4.
Componer.
Estos tres elementos son en verdad verdaderos conjuntos en los cuales hay mucho para elegir y combinar. La atmósfera que propone el Teatro de la Luna, vacío, abandonado tras sufrir un incendio, habitado ahora por su sereno (Tulio Gómez de Álzaga), esa atmósfera poblada de presencias misteriosas y míticas, de aquellos que por allí pasaron, actores, actrices, directores. Ese primer conjunto por sí solo ya tiene suficiente potencia como para sostener una trama, una de misterio y fantasmas. El segundo conjunto, el de la compañía teatral, se abre a las asociaciones que produce el vínculo entre ellos, la amistad, los celos, el amor, la competencia, la vanidad, el juego teatral en todas sus formas. Otra historia puede construirse sobre esos cimientos. La de Ricardo (Fabio Petrucci), el director de la compañia, la de su actriz y novia (Laura Correa), la de sus dos actores (Pablo Correa y Franco Midú), uno de ellos secretamente enamorado de ella y el otro, al parecer, más afín al director. Todos ellos, en un acertado juego de teatro dentro del teatro, muy shakespereano, serán los personajes de Shakespeare: Romeo, Julieta, Mercuccio, Tybaldo. A ellos se sumará el propio sereno para tomar otros dos papeles a su cargo. Así se acopla el tercer conjunto: el compuesto por los elementos de la obra original de Shakespeare y por el universo del teatro isabelino.
Elecciones acertadas.
Abiertos esos tres conjuntos, el trabajo dramatúrgico consiste en elegir y descartar, para después combinar y componer. Este es el punto central en el cual están los méritos de Cosín y Laragione, quienes tomaron decisiones acertadas y lograron que esto que aquí, en forma algo didáctica y burda, dividimos en tres, se arme, componiendo un todo homogéneo y sin fisuras, armando un trama, unas peripecias, un relato que atrapa, entretiene y divierte. El otro mérito más destacable es haber logrado encontrar la forma y el lenguaje (todavía me refiero al texto) más adecuado y cuidado para contar esta historia y darle vida a este universo en el cual se cruzan y enriquecen los conjuntos de origen.
Saltar a la escena.
A Juan Ruy Cosín le tocó la responsabilidad de trabajar sobre este texto, salir del lugar de dramaturgo, pasar al rol de la dirección y elaborar el lenguaje escénico del espectáculo. Pensado para un público infantil (que siempre viene acompañado de adultos y se transforma en eso que se denomina "familiar") el director optó por combinar juegos verbales, cierta dinámica corporal de humor físico, algo de esgrima, canciones, y un registro actoral algo subido o subrayado que busca cierta complicidad con el espectador infantil. En ese combinación, al pasar al plano concreto de la representación, algunos elementos parecen haber encontrado mejor resolución que otros. El trabajo de "humor físico" (léase, caídas, corridas, gags varios...) está muy bien resuelto. Lo mismo en cuanto a las escenas de espadas. En cuanto al registro actoral, no todos los casos son iguales. La dupla de los personajes de los dos actores, que interpretarán en el escenario del Teatro de la Luna a Mercuccio y Tybaldo (Pablo Correa y Fanco Midú), se destaca porque funciona realmente como un dúo cómico muy aceitado, dos verdaderos clowns, que encarnan y continúan una tradición de actuación dentro del teatro.
Actuar y cantar.
Las canciones plantean algunos problemas o algunas preguntas. La melodía (la línea musical básica, digamos) de cada canción, se presenta, para bien y para mal, bastante lejos de la "típica canción recordable". En otras palabras, es imposible pensar en salir del teatro y poder tararearlas. La pregunta es: ¿fue una elección deliberada? Si es así, lo cual sería absolutamente válido, no está tan claro. Por otro lado, hay algo que ya tiene que ver con las "destrezas" de cada intérprete a la hora de cantar. Por ejemplo, la canción de Mercuccio, más allá de la no-simpleza de su línea musical, de su melodía, se escucha y se percibe como "bien cantada": es un momento agradable de ver y escuchar. En otros casos esto no pasa. Hay uno o dos momentos donde se ve y se entiende que es deliberada la exageración y la desafinación y produce efecto cómico, funciona, por ejemplo en Tybaldo. Caso contrario, por ejemplo, la canción de Julieta, en la cual no queda claro lo que se ha buscado: si es algo que quiere ser cómico, no llega a causar gracia; y si es algo que quiere ser serio, no logra atrapar, se hace entre largo y aburrido. Otro tema conflictivo es el decir, la audibilidad de la dicción. Tal vez por el vértigo de la acción, tal vez también por deficiencias que ya son parte de la formación de base de gran parte de la camada más joven de actores porteños, hay momentos en los cuales o no se oye o no se entiende qué es lo que se oye.
Capturar la atención.
El texto, el espectáculo, los intérpretes y el director tienen suficientes elementos y herramientas para poder genuinamente captar la atención de los espectadores, sobre todo la de los más pequeños, y entretener y divertir contando una historia atractiva con lenguaje cuidado. No vendría nada mal ajustar los pocos puntos que lo requieren y que no son tanto de la "puesta" como de la dirección de actores (precisión, dinamismo, claridad, musicalidad, etc...). El espectáculo, como está, es recomendable y un muy buen programa de vaciones de invierno. El correr de las funciones y el trabajo entre ellas, seguramente lo hará crecer aún más, llevándolo al nivel que un texto tan bien construido se merece.
La Comedia de Romeo & Julieta es un espectáculo infantil que -a través de canciones, juegos verbales y esgrima- introduce a los niños en el universo de las Comedias Shakespereanas. Una historia de amor, misterio y fantasía, llena de humor, equívocos y enredos para disfrutar en familia.
Una versión de La tragedia de Romeo y Julieta se va a representar en el Teatro de la Luna, que reabre sus puertas tras veinte años y después de haber sufrido un incendio en el cual el gran actor y director Lord Yorik perdió la vida. La última obra que él había querido montar era justamente Romeo y Julieta. La nueva compañía llega y es recibida por el sereno, un hombre que cuida la tradición del teatro desde su fundación. A pesar del gran entusiasmo por realizar la obra, pronto la compañía se ve atrapada en un clima de tensión, ya que empiezan a aparecer obstáculos para la realización de la obra. ¿Quién está saboteando los ensayos? ¿Quién es la misteriosa figura enmascarada? ¿Qué secretos esconde el teatro? Todo se irá develará a su debido tiempo en La Comedia de Romeo & Julieta.
Dramaturgia
Lucía Laragione y Juan Ruy Cosin
Elenco
Laura Correa, Pablo Correa, Tulio Gómez de Álzaga, Franco Midú y Fabio Petrucci
Vestuario
Humberto Costa
Escenografía
Pepe Uría
Iluminación
Javier Casielles
Realización de Utileria
Afo Arona
Música y Entrenamiento Vocal
Victoria Tolosa
Entrenamiento Corporal
Nicolás Kohen
Asistencia de Dirección
Cielo Cosin
Producción
Cecile Dumas y Fabio Petrucci
Dirección
Juan Ruy Cosin
TIMBRE 4
Av. Boedo 640 timbre 4 / México 3554
CABA
Reservas: 4932-4395
www.timbre4.com
Entrada: $ 30,00 y $ 20,00
Jueves, Viernes y Domingos de Julio a las 16:00 hrs.
Publicado por Christian Lange
http://poiesisteatral.blogspot.com
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